Historias de Graduados

Bianca Dager: el poder de la curiosidad y la coherencia

Bianca Dager Jervis (Promoción 2003, Ecuador) creyó en la magia una vez que vio con sus propios ojos como el estiércol de los cerdos se convertía en abono procesado con lombrices. Estaba en la escuela secundaria y en un encuentro inesperado con Francisco Aguilar (Promoción 1998, Ecuador), quien se había graduado recientemente de EARTH y se había propuesto implementar un programa de trabajo comunitario, tomó en sus manos por primera vez una pala siguiendo las indicaciones de Francisco: tenía que limpiar el estiércol, llevarlo hasta las lombrices y luego, ver con el tiempo cómo la magia ocurría y cómo ese abono ayudaba a los cultivos a crecer.

 

Aunque al principio pensó ¡qué asco! y renegó hacia sus adentros, el proceso la impactó tanto que quiso saber más. El mundo de la agricultura – y de la vida – es así, una alquimia en la que una cosa se convierte en otra: una semilla en un árbol, una flor en un fruto, un desecho orgánico en un material nutritivo para la tierra. Francisco vio como Bianca comenzó a desarrollar una vocación que ni ella sabía que tenía y la instó a aplicar a EARTH. Unos meses después, ella viajó a Costa Rica para perderle el miedo al agua fría, a los sapos tropicales, a la lluvia torrencial bajo la que muchas veces, ella y sus compañeros recibieron clases.

EARTH no solo le enseñó sobre las Ciencias Agrícolas, sino sobre la vida. Después de graduada, gracias a esa formación enfocada en la empatía, aprendió a moverse entre agricultores y jefes de Estado y a construir puentes entre distintos mundos. Descubrió que su propósito era conectar personas, proyectos e ideas para generar impacto.

Bianca es una persona inquieta, curiosa, persistente. En sus veintes, fue cofundadora de Premios Verdes, una plataforma que reconoce, amplifica y conecta proyectos sociales y ambientales de toda Latinoamérica. Cada año, Premios Verdes reconoce a 500 proyectos, lo cual implica un compromiso constante de Bianca y su equipo de conocer iniciativas transformadoras y trabajar junto a ellas.

 

En el sector público, Bianca fue Viceministra de Ambiente del Ecuador y desde ese rol, tuvo la oportunidad de traducir su pasión por la sostenibilidad en políticas públicas. Fue una de las voces clave en la promoción de estrategias de conservación, desarrollo sostenible y economía circular en el país. Entendió que, más allá de las ideas, la verdadera transformación requiere voluntad política, alianzas estratégicas y una comunicación efectiva.

Trabajó de cerca con comunidades, empresas y organismos internacionales, defendiendo la idea de que el crecimiento económico y la conservación ambiental no tienen que estar en conflicto, sino que pueden fortalecerse mutuamente.


“Para mí, lo lindo fue empezar desde cero, definir ejes y hacer de la sostenibilidad un eje transversal en la política pública. La incidencia en política pública es maravillosa porque genera resultados específicos. A mis hijos les digo: ‘¿Ven esos cartoncitos de jugo? Su mami fue una de las personas que incidió para que el sorbete no fuera de plástico’. Mi paso por el Ministerio de Ambiente me cambió la visión; le puso rostro humano a la conservación. Recorrer el territorio te muestra los desafíos y riesgos reales, y te enseña cómo pasar de un conflicto a una visión compartida. No hay nada más poderoso que eso. El ministerio me marcó tanto que definió lo que hago hoy”, cuenta.


De esta gran pasión y esta mezcla de mundos y saberes, nació Setenta-Treinta, una consultora que entiende que los negocios no solo deben ser rentables, sino también responsables con el planeta y las personas. Desde allí, ha guiado marcas y empresas hacia modelos de impacto positivo. Y como si eso no fuera suficiente, también cofundó Weya Latam, una plataforma de moda sostenible que demuestra que la elegancia y la ética pueden ir de la mano.

 

“Weya Latam es un proyecto que nace de esa reflexión constante sobre la riqueza de nuestro país. Ecuador es un territorio de una biodiversidad extraordinaria: tenemos Galápagos, la Amazonía, los Andes, el Chocó, y con esa diversidad natural también viene una riqueza étnica y cultural inmensa. Weya busca elevar la artesanía ecuatoriana al nivel del lujo, dándole el valor que merece. Mi enfoque está en conectar la naturaleza con distintos sectores, desde la conservación hasta el sector privado y productivo. La restauración de ecosistemas no es solo un acto ambiental, sino una estrategia poderosa para fortalecer la resiliencia de nuestros sistemas productivos, al igual que la fertilización del suelo o la poda”, agrega.

Como Bianca vive en el movimiento constante y tiene como meta romper con la inercia y la desconexión con la naturaleza que tiene mucha gente en un mundo globalizado, en el 2024 creó 21 días, un podcast que, como dice ella misma al inicio de cada capítulo, funciona como un “shot de conciencia”. Son episodios cortos, con una narrativa amigable e inmersiva. Ese proyecto es su espacio creativo y un lugar en el que puede reflexionar sobre temas que le parecen urgentes dentro de la realidad global: el cambio climático, el valor de las cosas y, principalmente, la curiosidad y la coherencia como armas para el cambio.  

 

Cada capítulo termina con una reflexión, una invitación a implementar hábitos positivos para aliviar la carga del planeta y de los recursos naturales. “Es invaluable cuando una persona se cuestiona por primera vez algo que nunca había pensado y comprende ese efecto y el costo que tiene el no hacer nada, porque no hacer nada también viene con un precio y puede ser devastador”.

 

Bianca sigue apostando por la transformación. Sabe que el cambio real no ocurre en discursos ni documentos, sino en la acción, en cada decisión que toma una empresa, un gobierno o un ciudadano. Su historia es testimonio de que la sostenibilidad no es sólo un destino, sino un camino en constante construcción.