Nacida en una comunidad indígena en la sierra norte del Ecuador, Jessenia Mármol (Promoción 2024) siempre ha tenido clara la conexión especial que tiene con la tierra, principalmente con la montaña llena de vida que la vio crecer. La altitud y el clima frío de Zuleta, su hogar, a más de 2,700 metros sobre el nivel del mar, formaron el paisaje en donde comenzó a nutrir su vocación. Fueron sus abuelos, Rosa y Mariano, quienes le enseñaron a amar el suelo que pisaba, a cuidar de los animales y a reconocer el valor de los cultivos para poder alimentar a una familia y a una comunidad entera.
Cuando era una niña, sus padres, Guillermo y Marcelina, migraron a ciudades cercanas para poder encontrar mejores oportunidades laborales y la familia se mantuvo separada durante mucho tiempo. Después, ella migró a otra ciudad para poder comenzar a estudiar agronomía, pero al poco tiempo de haber iniciado, su hermana mayor escuchó sobre EARTH y le dijo a Jessenia: “¡esto es para ti, aplica!”
Después de mucho esfuerzo, Jessenia fue aceptada, pero antes de partir hacia Costa Rica para iniciar su formación, pasaron muchas cosas que la hicieron crecer como una persona con más empatía, con más consciencia de las necesidades de su comunidad y con un acercamiento profundo a sus raíces.
La vida en la ciudad era cara, así que sus padres regresaron a su pueblo y abrieron un pequeño restaurante en el que vendían comidas tradicionales de la región. Jessenia ayudaba con las tareas cotidianas y fue ahí, mientras hacía de cajera o de mesera, en donde pudo observar cómo los cultivos que tanto cuidó desde niña, se convertían en alimentos nutritivos para los clientes de sus padres. Con la pandemia por COVID-19, su familia tuvo que cerrar el negocio y tuvieron que buscar distintas maneras para subsistir.
En medio del caos y la incertidumbre que se vivía globalmente, Jessenia vio una oportunidad para utilizar su amor por el agro para obtener alimentos: creó una pequeña huerta en la que sembró cultivos básicos que fueron esenciales para el sustento de sus seres queridos. Además, iniciaron a hornear pan que salían a vender por distintos lugares del pueblo, incluidas las partes más altas de la montaña en donde Jessenia pudo ver que vivían muchos adultos mayores que quedaron desolados. A través de la estrecha relación que creó con estas personas, conectó con su rol en la urgente tarea de encontrar soluciones para que las comunidades puedan tener un mejor y mayor acceso a alimentos básicos.
En el 2021, Jessenia llegó al Campus Guácimo con un equipaje lleno de inspiración, de su indumentaria tradicional kichwa y de mascarillas preventivas. Pasó unos días en cuarentena que permitían resguardar a la comunidad EARTH y luego se integró a una población universitaria que la llenaba de curiosidad y expectativas: se enfrentaba a un mundo completamente diferente. Su compañera de cuarto era de Zambia y apenas estaba aprendiendo español, y Jessenia – conocida por su energía y facilidad para hablar – aprendió a moderarse y a comunicarse más despacio. Las diferencias culturales se volvieron aprendizajes constantes, y los desafíos académicos afianzaron su deseo de regresar al Ecuador y contribuir de manera significativa a su comunidad.
Para la Pasantía profesional que tuvo que cursar en tercer año, Jessenia viajó a la región de Toscana, en Italia. Allí, en una finca orgánica, aprendió sobre la producción de cerdos y hortalizas, y fue en ese panorama y a miles de kilómetros de distancia de su hogar en donde su identidad indígena cobró más fuerza. Vestida con sus trajes tradicionales, compartió las historias de Zuleta y su idioma kichwa con las personas que visitaban el proyecto de agroturismo de la finca. Descubrió la fascinación que despertaba en otros su cultura, y ese contacto la hizo más consciente de la riqueza de su herencia identitaria.
Ahora se encuentra trabajando en un proyecto que ha nombrado Allpamanta, una palabra kichwa que significa “de la tierra.” Este proyecto, que está entre los finalistas del Premio a la Sostenibilidad 2024, uno de los galardones que entrega la Universidad EARTH para el desarrollo de nuevos proyectos, tiene como eje el aprovechamiento de plantas medicinales para crear infusiones y otros productos alimenticios.
Con una visión enfocada en la resiliencia comunitaria, Allpamanta pretende emplear estas plantas, muchas veces consideradas malezas, para incorporarlas en productos innovadores como kombucha y galletas de papa, generando valor agregado a partir de recursos locales y evitando el desperdicio.
El proyecto también tiene un componente social significativo. La meta de Jessenia es establecer mandalas de plantas medicinales en su comunidad, involucrando a sus vecinos en cada etapa, desde la siembra hasta el procesamiento y la comercialización de productos. Estos mandalas no solo serían un espacio de cultivo, sino también un recurso educativo y una oportunidad económica para los locales, quienes suelen enfrentarse a limitaciones económicas que los obligan a migrar a las ciudades, como le pasó a sus padres.
Además, Allpamanta busca cerrar el ciclo de producción, aprovechando subproductos para compostaje, lo que permite un proceso sostenible desde el campo hasta el procesamiento de alimentos. La experiencia de Jessenia en la Universidad le ha proporcionado herramientas clave para evaluar tanto el impacto económico como ambiental del proyecto, asegurando que su propuesta de negocio no solo sea viable, sino también beneficiosa para la comunidad y el entorno.
“Si no gano el premio, sé que ya gané una estrategia para ayudar a mi comunidad en el futuro. La Universidad me ha permitido fortalecer esas bases de resiliencia, de comunicación, y de investigación. Principalmente, me ha enseñado a no quedarme callada, sino a alzar la voz”, cuenta.
Con cada aprendizaje, Jessenia refuerza su deseo de regresar a su comunidad, de inspirar a otras jóvenes indígenas que, como ella, sueñan con lograr más para sus familias y sus pueblos. Su meta es clara: contribuir al desarrollo comunitario, aplicar todo lo que ha aprendido sobre agricultura sostenible y ayudar a otras personas de regiones rurales que sueñan con un futuro mejor.